Mixtura: Entrevista con José Argotty
3 de julio de 2015Entrevistas
Mixtura: Entrevista con José Argotty
Los trabajos de José Argotty reflejan el colorido y la exuberancia de la cultura que representa. José Argotty es un Diseñador Industrial de San Juan de Pasto, Colombia. Sus experiencias en diseño están ligadas a proyectos empresariales y causas sociales que resaltan su labor como diseñador partiendo desde sus raíces y contexto sociocultural. Por su estilo y filosofía, se define a sí mismo como un diseñador «atípico».
Entrevista
Creatyum: Sabemos que eres diseñador industrial pero, ¿qué es el diseño social en tu vida profesional?
José Argotty: El diseño social es para mí, poder entender que hay otras formas de hacer las cosas, así que el diseñador debe proporcionar nuevas respuestas a necesidades esenciales. Lo he aprendido a través de la experiencia y al estar en contacto con muchas comunidades (entiéndase comunidad como grupo humano). Esto se ha dado gracias a la oportunidad que me han brindado varias compañías de poder ejecutar proyectos enfocados hacía el trabajo de co-creación, trabajos participativos con comunidades indígenas o personas de escasos recursos; aquí lo interesante es que uno piensa en el diseño como resultado, pero a la vez, también en el proceso y en la coherencia con la cultura material que deben tener estos resultados.
C: ¿Cómo es el desarrollo de tu proceso creativo en cada proyecto?
JA: Trabajar una metodología que está enfocada a la co-creación y a talleres creativos en grupo, pero antes de estas actividades se hace una investigación del lugar, de la geografía, del contexto, para tener una conexión y una carga cultural coherente con el lugar donde llego a trabajar.
C: Sabes que eres un diseñador diferente, ¿qué es lo que más te gusta de tu trabajo?
JA: Poder desarrollar proyectos bien diversos en donde aporto desde el diseño, pueden ser proyectos para empresas, proyectos de gestión cultural, diseñar una marca o producto, e inclusive el mismo social design, que son proyectos de co-creacion que se enfocan a trabajar con comunidades. Entonces, eso es lo que me gusta de mi trabajo que me brinda la posibilidad de acercarme a muchas formas de pensamiento, a diversidad de personas viajando por mi país o fuera de él, y finalmente terminan siendo un reflejo y una extensión de lo que yo soy como ser humano y como diseñador.
C: ¿Cómo a afectado en tu vida «normal» el ser un diseñador «atípico»?
JA: Digamos que yo no soy un diseñador que ha tomado la decisión de ser un diseñador atípico, sino que la misma vida y mi sensibilidad, me han llevado a ser así, simplemente es mi forma de ser y no es algo que tenga estructurado o regido bajo algunos parámetros sino que como te decía, es una extensión de mí, y el reflejo de mi trabajo es parte de lo que yo soy.
C: En tu estadía en El Salvador, ¿cómo ves la situación del diseño en general?
JA: Vi mucha creatividad, personas con mucho deseo de aprender y con muchas ganas de compartir sus sapiencias conmigo. En un principio sentí una gran saturación de conocimientos, todas las personas querían compartirme anécdotas, experiencias y mostrarme el trabajo que estaban haciendo y mi forma de trabajar es esa, poder conocer y aprender para entender.
También me gusta absorber información cuando voy a un nuevo lugar, pues no pretendo ser el diseñador del conocimiento totémico, sino inspirar o crear pequeñas explosiones a partir de diferentes experiencias en los workshops o conferencias. Entonces, lo que siento es que esas ganas de compartir son un buen indicador para entender que el diseño en El Salvador puede ser potente y tener una carga cultural impresionante a partir de lo que les rodea. En las calles y al transitar la ciudad lo que veo es un panorama muy amplio, en donde hay muchas cosas que se pueden hacer desde el diseño gráfico, el diseño industrial, o la arquitectura, el panorama está dado para que las nuevas generaciones de creativos puedan desarrollar proyectos que ayuden a la gente, como también que realcen aún más la belleza del lugar en donde viven y puedan posicionar de esa forma nuestras disciplinas.
C: En tu país y a nivel internacional, ¿quiénes son tus mayores influencias?
JA: Es bien extraño lo que voy a decir pero no tengo influencias o diseñadores a los cuales en algún momento de mi vida haya querido imitar o me haya querido parecer. O sea, mis influencias vienen de otro lado, vienen de la música, de los elementos tradicionales, de los lugares a los que he logrado llegar, o de las raíces. Para encontrar referentes dentro de mi trabajo, tendría que acercarme a libros de historia, libros de cultura, o a la misma música, más que a un diseñador como tal, aunque, obviamente admiro y respeto el trabajo de muchísimos diseñadores en el mundo, pero no veo como ejemplo a seguir a uno de ellos o al menos alguien con quien pueda identificarme plenamente.
C: ¿Qué puedes recomendar a los estudiantes de diseño en cualquiera de las ramas en que estudian?
JA: El diseño es una disciplina que como cualquier otra requiere que le dediques muchísimo tiempo, a veces pienso que el diseño es una disciplina recelosa (risas). He aprendido que si uno trabaja y se sumerge en el diseño es bien bondadoso y te puede dar muchísimas alegrías y experiencias, pero si para ti es algo secundario y no le dedicas tiempo seguramente vas a recibir lo mismo; entonces, a las personas que decidan que el diseño es lo que quieren hacer en sus vidas, deben trabajar con mucha disciplina y responsabilidad, aprovechar ese talento creativo que no cualquiera tiene y tener en cuenta que el diseño en Latam es muy diferente al diseño en Europa y Norteamérica. En Latinoamérica, necesitamos diseñadores que sean más comprometidos, que sean más honestos y que estén más conectados con los contextos socioculturales, esa es la única forma para lograr posicionar nuestra disciplina y lograr el reconocimiento que ella misma merece.
Alejandro Mártir
Diseñador gráfico publicitario y creador de contenido. Fotógrafo apasionado y músico ocasional. Autor y editor de revista Creatyum y staff en DiseñoUNE. Host de Café Creativo Poadcast.