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Buenas prácticas, diseñemos verde

Diseño ecológico y verde, algo más que necesario hoy en día.

En los últimos años el movimiento «verde» ha ido teniendo más y más presencia; pero, ¿qué tiene de especial y diferente?

Lo especial y diferente radica en los factores en que se basa el diseño verde: reducción en el impacto medioambiental y ahorro en los costos de producción. A su vez, está muy ligado al diseño sostenible siendo uno de los tres ejes que lo conforman.

Pero bien, pasamos de verde a sostenible, no pasa nada. Se entiende como diseño sostenible a una serie de principios bajo los que se rige la fabricación de un producto. Dichos principios son económicos, sociales y ecológicos, siendo éste último al que nos referimos hoy.

Ahora que ya tenemos una noción de que es y para lo que sirve, veamos algunas buenas prácticas al momento de diseñar. Y aunque estas prácticas van más para industriales, de producto e interiores, aplica igual para gráficos y otras ramas.

Pensemos de forma ahorrativa, seamos responsables con el presupuesto.

Supongamos que en el mejor de los escenarios, tenemos un presupuesto de en sueño para realizar el proyecto. Si bien, un mayor presupuesto significa más y mejores cosas, esto no siempre es así.

Primeramente, cuando dispongamos de buen presupuesto y más aún cuando no, pensemos de forma económica. ¿Cómo así? Fácil, piensa que si ese banner extra que quieres es realmente necesario o no. También, el dinero que se ahorra de ese banner puede servir para reforzar alguna pieza floja. Es mejor un escenario menos cargado pero sólido que uno lleno y flojo.

La cantidad no significa grandeza, la calidad sí.

El hecho de tener un mega presupuesto no significa que debamos quemarlo todo, al final el cliente recordará más lo que gastó y ganó que las piezas que hayamos diseñado.

No pensemos sólo en su apariencia y uso.

Está bien querer innovar en nuestras creaciones, marcar tendencia y demás, pero ¿de qué sirve si el mundo se acaba? Puede sonar un poco fatalista pero es cierto. No parece pero el aporte individual puede marcar la diferencia.

Por lo tanto, cuando estemos diseñando un producto, un espacio, una revista, etc. Pensemos qué sucederá cuando su vida útil termine y haya que deshacerse de ellos. ¿La materia prima es biodegradable? El tipo de papel ¿qué tan fácil es de reciclar? ¿Qué métodos se utilizarán para su eliminación? ¿Qué tan contaminante es la tinta usada? Son algunas de las interrogantes que podemos hacernos al momento de concebir un nuevo diseño.

No solo disminuyen los costos con el uso de materiales más amigables con el medio ambiente, también ayudas a que el ecosistema se mantenga en buen estado.

Seamos un poco más minimalistas, más verde.

El minimalistmo que erróneamente es confundido con el flat design, es una práctica de diseño bastante verde. Si el elemento en la composición sobra, no se usa. Si ese color aporta al conjunto, bien, si no, una tinta menos contaminando el medio ambiente. Y así sucesivamente.

Otro recurso pueden ser los elementos de los que ya dispongamos, si se pueden reutilizar es presupuesto que se ahorra y menos objetos que se mandan a fabricar. Tampoco significa que nos vamos a extra limitar, solamente se trata de ser más conscientes y pensar en el medio ambiente y el impacto que nuestras acciones pueden tener. Feliz día (súper atrasado, abril 22) de la tierra.

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